Historia del vino espumoso rumano
La historia del vino espumoso en Rumanía es rica y fascinante, comenzando con las primeras producciones en el siglo XIX y evolucionando hacia un segmento sofisticado en la industria vinícola rumana. En este artículo, exploraremos los orígenes, la evolución y el estado actual del vino espumoso rumano, tratando de destacar su importancia en la cultura y la economía del país.
Los orígenes del vino espumoso rumano
El vino espumoso rumano tiene sus orígenes en 1841, cuando el agrónomo y economista Ion Ionescu de Brad produjo el primer champán rumano en Moldavia, inspirado en sus estudios en Francia y por orden del gobernante Mihail Sturdza. Este momento coloca a Moldavia como el cuarto país del mundo en producir champán mediante fermentación natural en botella.
Evolución y expansión
A finales del siglo XIX y principios del XX, el vino espumoso se hizo popular entre los habitantes de las ciudades rumanas. En 1892, Wilhelm Rhein inauguró las bodegas Rhein en Azuga, con uvas de la región vinícola de Dealu Mare, y en 1912, Wilhelm Mott abrió una fábrica de vino espumoso en Bucarest, que con el tiempo se convirtió en una prestigiosa marca europea: Mott & Son.
Contribuciones e innovaciones importantes
En 1934, en el contexto del levantamiento de la prohibición en los Estados Unidos de América, Mott & Fils abrió una sucursal en Nueva York, exportando importantes cantidades de vino y cava. En ese mismo período, MOTT se convirtió en proveedor de la Casa Real de Rumania y de la Sociedad Naval Rumana, convirtiéndose en un símbolo de calidad y lujo en el Bucarest de entreguerras.
Nacionalización y evolución de posguerra
En 1948, la capacidad de producción de Mott & Fils, junto con la de otros productores, fue nacionalizada bajo el nombre de ZAREA, convirtiéndose en el productor de vino espumoso más importante del país. ZAREA conservó el método tradicional de producción de vino espumoso y se convirtió en un referente en la industria vitivinícola rumana.
Modernización y diversificación
En 2004, ZAREA se asoció con Schloss Wachenheim, líder mundial en la producción de vino espumoso, redefiniendo y modernizando su cartera de productos. En 2016, ZAREA amplió su gama de productos, entrando también en la categoría de sidra.
Tendencias actuales del vino espumoso rumano
En la actualidad, la industria rumana de los vinos espumosos goza de una mayor diversidad de etiquetas y una creciente popularidad. La edad media de los consumidores de vino espumoso ha disminuido, lo que indica una tendencia hacia preferencias más jóvenes.
La industria rumana de los vinos espumosos ha experimentado un importante crecimiento y evolución en los últimos años, lo que ha marcado su presencia en el mercado mundial del vino. Según los datos disponibles, en 2021 los productores de vino rumanos lograron un beneficio neto récord, superando el umbral de los 125 millones de lei. Esta cifra refleja un crecimiento sostenible y un mayor interés por los vinos rumanos, incluidos los espumosos.
Un aspecto importante que cabe mencionar es que los 10 primeros productores de vino de Rumanía generaron una facturación acumulada de casi 1.200 millones de lei en el mismo año, lo que representa 561.000 millones de TP3T del mercado del vino. Esta estadística subraya el predominio de un número relativamente pequeño de actores importantes en la industria del vino rumano.
El consumo de vino en Rumanía aumentó significativamente después de la pandemia, registrándose un aumento de aproximadamente 12% con la reapertura de restaurantes y la reanudación de eventos. Se estima que un rumano consumió, en promedio, 23,7 litros de vino en 2021, 2,6 litros más que el año anterior. Esto indica una creciente preferencia por el vino, incluido el espumoso, entre los consumidores rumanos.
En el caso concreto del vino espumoso, los datos muestran que en 2018 Rumanía produjo más de 2,9 millones de litros de vino espumoso, aunque esta cifra fue inferior a la del año anterior. A pesar de esta disminución de la producción, el consumo de vino espumoso en Rumanía sigue siendo significativo, con más de 9 millones de botellas consumidas anualmente. Es interesante señalar que una parte importante de este consumo se produce durante las vacaciones de invierno, ya que más de una cuarta parte de las botellas de vino espumoso y champán se consumen durante este período.
A pesar del aumento de la producción y el consumo, Rumanía todavía importa más cantidad de vino espumoso que la que produce, lo que indica un mercado con un potencial de crecimiento aún mayor para los productores locales. En 2018, las importaciones de vino espumoso superaron los 4,2 millones de litros, mientras que las exportaciones fueron de solo 190.000 litros.
En conclusión, el mercado rumano de vinos espumosos muestra una evolución positiva, con un aumento del interés tanto a nivel local como internacional, lo que sugiere un futuro prometedor para la industria rumana de vinos espumosos, con oportunidades de crecimiento y diversificación continuos.
El vino espumoso rumano tiene una larga historia y una evolución impresionante, que marcan su lugar en la cultura y la economía nacionales. Desde sus orígenes humildes hasta su condición de bebida festiva favorita, el vino espumoso rumano demuestra calidad y tradición, y sigue impresionando y desarrollándose en el mercado mundial.
Fuentes: Medios económicos, Nuestra red, Eisberg, Zarea